En este siglo XXI donde asistimos a cada vez más impresionantes cambios en nuestro entorno, gracias a la tecnología, que hacen que cada día nos preguntemos por la manera de entender el mundo, por nuestra manera de entender la vida laboral, nuestro ocio, etc., … nos ha llamado la atención, por cuanto es una de las figuras emergentes dentro del sector inmobiliario en el que nos desempeñamos, la figura del «Living Coach». ¿En qué consiste esta figura? ¿qué hace y cómo nos puede ser útil un «Living Coach»?

En palabras de Ángela Baghino, antigua profesional inmobiliaria y ahora «living coach», se trata de un profesional que va más allá del diseñador de interiores, porque lo que busca es adecuar el espacio en el que se va a vivir a la persona o personas que van a habitar ese espacio en lugar de adaptar las personas al entorno.

De esta manera, el coach acompaña al comprador durante la visita, y le hace ver cómo puede satisfacer sus necesidades de habitabilidad específicas a través de preguntas, pruebas y estímulos. Así, el coach, gracias a su experiencia y al conocimiento del comprador, guía a éste por el inmueble haciendo hincapié en aquello que la persona necesita para que, además de vivir, pueda sentirse totalmente a gusto y en sintonía con su entorno. El «entrenador» resaltará los tamaños de los espacios, los colores, olores, sonidos … de manera que a través de las emociones uno tome consciencia del espacio que va a habitar y qué es, en definitiva lo que necesita para una vida cómoda y a su gusto en este nuevo espacio.

Se trata, en definitiva, de una respuesta a la uniformidad, a la masificación de las grandes marcas y grandes cadenas, ante esta pérdida de peso de la persona, la respuesta es el esfuerzo por hacer del espacio que se habita un entorno amable, el refugio que la persona necesita. Más aún después de la experiencia a la que nos hemos visto sometidos como sociedad, en la que el confinamiento nos ha llevado a darnos cuenta de toda la importancia que tiene nuestro hogar.